Agustín Contreras Stein

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SE DICE qué en la jornada de oración por la paz en nuestro país, convocada por la iglesia y realizada el pasado domingo, participaron un poco más de cincuenta millones de mexicanos, tanto aquellos que son creyentes como muchos otros que se sumaron con fe a la petición de todo el pueblo mexicano.

Esta fue una respuesta clara y concreta del sector religioso del país, a la política de abrazos y no balazos, del presidente de la república, generando, por lo mismo, a un enrarecido clima de violencia que tiene atrapada a toda la sociedad y que amenaza con terminar, de alguna manera, con las instituciones del país, provocando un caos generalizado que será imposible detener en poco tiempo.

Esta política presidencial, señalada y criticada por la iglesia, no fue del agrado del mandatario nacional, como otros tantos casos en los que rechaza cualquier opinión contraria a la suya, atacando, de paso, a toda la iglesia y principalmente a los sacerdotes que se atrevieron a decirle que buscara la manera de rectificar dicha política y tratar de encontrar la paz a través de otros programas mejor definidos.

Pues bien, al rechazar la propuesta de la iglesia y contratacar a la misma, dio como resultado que comenzara, de alguna forma la confrontación con un sector bastante poderoso, donde el presidente no midió, para nada, las consecuencias. La respuesta inmediata fue la convocatoria a todos los fieles para unirse en oración por la paz, donde se habló de la violencia, pero también de la equivocada política presidencial para detenerla, sobre todo, pedir a la feligresía que en las próximas elecciones todos salgan a votar, pero que sea de manera reflexiva, es decir, que ya no se vote por cualquier personaje que más tarde traicione al pueblo mexicano.

Si en la oración por la paz en México, participaron más de cincuenta millones de personas, cabría preguntar en este momento, cuántos de ellos terminaron convencidos de que hace falta un nuevo y verdadero cambio en la política del país, lo que seguramente se verá reflejado en la próxima sucesión presidencial, donde el candidato de Morena, o bien del mismo presidente de la república, saldría perjudicado por esta necia posición del presidente, para polarizar al país.

Si por lo menos la mitad de los mexicanos ya está en contra del presidente, por su constante ofensiva contra la sociedad, principalmente, a los sectores más importantes de la misma, entonces cuántos votarán por Morena.

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SE LO LLEVARÁ EL TREN.

FALTA, ESO SE DICE, que el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, inaugure un tren maya, qué como el aeropuerto de Santa Lucía, o como la refinería de Dos Bocas, no esté debidamente terminado y que tenga como consecuencia que de plano se lo lleve el tren.

Mucho dinero del pueblo mexicano, se ha tirado a la basura con proyectos mal planeados y que ahora están generando mayores índices de pobreza, pues de acuerdo a las más recientes mediciones que se han hecho en este sentido, se conoce que la pobreza ha avanzado en todos los rincones del país, de alguna manera, provocada por las malas decisiones que se han tenido a nivel nacional y que han desviado los recursos económicos de otras áreas, incluyendo a los estados gobernados por Morena, para poder cumplir con los caprichos que tiene el presidente.

En el tiempo de dos años, tres meses que le quedan a su gobierno, López Obrador, ya no podrá recomponer el panorama económico del país, ni siquiera rectificando en sus proyectos, como tanto se lo han pedido, por lo que existe la probabilidad de que si pierde Morena, la presidencia de la república, sea precisamente el mandatario nacional, quien sea, por primera vez, enjuiciado por la alta corrupción que han generado sus proyectos y que han puesto en evidencia la mala planeación de los mismos y por lo tanto, sobre precios que se han tenido que pagar.

A López Obrador, le esperan, posiblemente, dos juicios importantes. Uno será por corrupción y el otro, como aliado del narcotráfico, de acuerdo a las versiones que se han generado en el país y en los Estados Unidos, donde ya pedían, en esta visita que hace al país, fuera detenido de una buena vez.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.