02 de Abril de 2025
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DESDE CATALUÑA - Amadeo Palliser Cifuentes
Políticos irresponsables y periodistas sumisos
2025-03-27 - 17:39

 


 


Amadeo Palliser Cifuentes / Barcelona 


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Estamos de público en pleno circo de tres pistas, donde impera la competencia por el ‘más difícil todavía’; pero es un circo de los horrores, con la música de la ‘Misa de Réquiem en re menor (K.626)’ (1791), de Wolfgang Amadeus Mozart (1756 – 1791); y el maestro de ceremonias es Donald Trump y los jefes de pista: Úrsula von der Leyen (presidenta la de comisión), António Costa (presidente del consejo) Roberta Metsola (presidenta del parlamento), con la ‘ayuda’ de Mark Rutte (secretario general de la OTAN); y Pedro Sánchez, pretendiendo el papel del clown Pierrot (el payaso de cara blanca, el serio), si bien, en realidad, haciendo de Augusto (el payaso cómico).


 


Puede parecer que tomo muy frívolamente la situación actual, pero veo que la realidad nos va sorprendiendo diariamente, y no para bien, es más, con tintes trágico-cómicos, como intento explicar en este escrito.


 


Tristemente, vemos que la mayor parte de los medios de comunicación actúan de forma obsecuente (sumisos, obedientes, rendidos), es decir, sin libertad de prensa; por el contrario, en determinados estados con una frágil democracia, asumen y determinan el poder en todas sus esferas (ejecutivo, legislativo y judicial).


 


Qué lejos queda su papel de cuarto poder, con verdaderos profesionales.


 


Eric Arthur Blair, conocido por el pseudónimo George Orwell (1903 – 1950) dijo que:


 


‘El periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques, todo lo demás son relaciones públicas’.


 


En la actualidad, todo se confunde, así vemos a:


 


Peter Brian Hegseth (secretario de defensa de los EUA), un expresentador de televisión, y responsable de las filtraciones al periodista Jeffrey Goldberg, redactor jefe de ‘The Atlantic’, al incluirle en un chat con altos cargos de EUA, en el que se discutía información sensible sobre ataques militares contra los rebeldes hutíes de Yemen.


 


Hadja Lahbib (comisaria europea de preparación, gestión de crisis e igualdad), anteriormente ministra de asuntos exteriores belga (dos años, en funciones), y como Hegseth, periodista y presentadora de televisión. Y autora del lamentable vídeo sobre el kit de supervivencia.


 


No pretendo criticar que los periodistas alcancen cargos del máximo poder político, sólo faltaría, pues es obvio que no han de haber limitaciones. Asimismo, tenemos ejemplos, como Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, que, con anterioridad, como los anteriores, también se dedicaba a ser presentador de televisión, además de interpretar parodias.


 


Es evidente que todos los políticos deberían tener la capacitación precisa para ejercer sus respectivos puestos. Pero eso es una utopía, viendo, por ejemplo, a Donald Trump como presidente de la mayor potencia mundial, o al citado Hegseth.


 


Ahora bien, los mencionados políticos, precisamente por su experiencia profesional, deberían destacar por la excelencia en su área de especialización, es decir en la comunicación.


 


Y vemos que ni eso es así. Solo hace falta ver el ridículo de Lahbib, la mencionada comisaria europea, con su vídeo de presentación del kit de supervivencia. Un vídeo vergonzante e insultante, especialmente para los ciudadanos de los estados europeos fronterizos con Rusia, que ya hace décadas que tienen interiorizadas las medidas básicas de supervivencia.


 


Y no sólo es criticable la forma de presentar el kit, riendo y burlándose de la inteligencia de la ciudadanía, al incluir, por ejemplo, una baraja de naipes, para distraerse en los momentos de crisis. Lo grave es la falta de coherencia, pues el momento actual no es de preguerra, y, claro, pretender que un kit pueda ser igualmente válido para crisis climáticas, cibernéticas, pandemias víricas, y guerras, es del todo irracional.


 


Ayer comenté que los ‘líderes’ europeos están utilizando el miedo como estrategia para que la ciudadanía acepte y asuma, acríticamente, el incremento en armamento. Y ayer vimos a Pedro Sánchez, defendiendo esa ‘nueva política’.


 


Pues bien, si todos esos pseudolíderes tuvieran el necesario kit de neuronas (siguiendo con mi metáfora de ayer) serían conscientes que, si la ciudadanía fuésemos disciplinados y asumiéramos la situación de crisis, dejaríamos de actuar libremente, así, por ejemplo, dejaríamos de ir de vacaciones, de efectuar grandes desplazamientos, etc., y, al hacerlos, ir cargados con el kit, claro.


 


Y si esa actuación conservadora y disciplinada la aplicase la ciudadanía de todos los estados europeos, el sector turístico y sus empleos derivados, sufrirían una fuerte crisis, y ésta sí que sería de verdad, como pasó en la pandemia.


 


Pero, claro, esos pseudopolíticos, ante esa situación, nos dirían que no debemos tener miedo, que el peligro no es tan grande, que no debemos exagerar, que los estados, armándose, ya nos garantizarán nuestra seguridad.


 


Así, mentira tras mentira, pretenderán llevarnos a su redil.


 


Y esos ‘líderes’ seguirán evadiendo sus responsabilidades, como vimos recientemente con la DANA (depresión aislada en altos niveles) que sufrió Valencia el 29 de octubre pasado, causando 225 muertos y enormes pérdidas económicas.


 


¿Qué han mejorado para evitar una nueva desgracia?, ¿funcionarían los sistemas de prealerta con la suficiente antelación y con los consejos adecuados de ir a zonas altas? Y ya en plan de chirigota: ¿especificarían el kit que precisarían ante una situación de perderlo todo? ¿el estado estaría organizado para responder desde el minuto uno? Claro, me olvidaba, a los valencianos les faltó la baraja de naipes.


 


Ante esta situación, me parece que deberíamos replantearnos diferentes aspectos, y, para eso, creo que puede ser interesante recurrir al biólogo Jared Mason Diamond (n. 1937), que tiene diferentes obras, entre las que destaca ‘Guns, Germs, and Steel: A Short History of Everybody for the Last 13,000 Years’ (Pistolas, gérmenes y acero: breve historia de la humanidad en los últimos trece mil años), premio Pulitzer en 1998. En esta obra destacó la primera frase de la novela ‘Anna Karènina’ (1873) de Lev Nikolàievitch Tolstói (1828 – 1910), que dice: ‘Todas las familias felices se parecen; cada familia infeliz lo es a su manera’.


 


Es conocido el síndrome de Tolstói: ‘los personajes públicos, políticos, pensadores, profesores y demás, sienten que es imposible dar una opinión y necesitan hacer malabarismos para decir algo sin decir nada. Así perdemos todos. No se avanza en las ideas, nos censuran y autocensuramos de tal manera que al final nos quedamos mudos’.


 


Pero volviendo a Diamond, en su obra mencionada, denominó el ‘principio de Anna Karènina’ para explicar que ‘en cualquier empresa, la deficiencia en una de sus circunstancias que concurren, conducen, irremisiblemente a su fracaso (…) consecuentemente, para que una empresa sea exitosa, todas las posibles deficiencias han de ser evitadas’. En otras palabras, y como popularizó Vladimir Ílitx Lenin (1870 – 1924): ‘las cadenas se rompen por el eslabón más débil’, es decir, que una cadena es tan fuerte como lo es su eslabón más débil.


 


Diamond, para ilustrar metafóricamente ese principio, se basó en el motivo de por qué tan pocos animales han podido ser domesticados a lo largo de la historia. Explicando que la deficiencia en uno sólo de una serie de factores hace que una especie no pueda ser domesticada.


 


Según Diamond, hay seis principales grupos de razones que pueden provocar que una especie no sea domesticable:


 


La dieta: los animales omnívoros y no excesivamente selectivos en la comida son los mejores candidatos.


 


Velocidad de crecimiento: la especie ha de crecer con suficiente rapidez, para que su crianza sea económicamente viable.


 


Procreación en cautividad: la especie ha de procrear fácilmente.


 


Agresividad: algunas especies son excesivamente agresivas para ser domesticadas.


 


Tendencia al miedo: las especies que huyen rápidamente son difíciles de domesticas. En cambio, las especies que tienen a mantenerse estáticas, o se intentan esconder, son buenos candidatos.


 


Estructura social: los animales solitarios e independientes, son malos candidatos a la domesticación. En cambio, las especies con una jerarquía social bien definida son buenas candidatas.


 


En definitiva, y tomando metafóricamente esos principios: deberíamos ser conscientes de nuestra dieta informativa, del crecimiento de nuestro colectivo, de nuestra fuerza como tal, de nuestra estructura social y, especialmente, de nuestra respuesta ante el miedo que nos quieren infundir, pues ese es nuestro eslabón más débil.


 


Y finalmente, no debemos olvidar que, recurriendo a la mencionada cita de Tolstói, y adaptándola: todas las familias felices (es decir, los opresores) se parecen y no podemos confiar en ellos; mientras que cada familia infeliz (los oprimidos) lo son a su manera, especialmente los que ya padecen el síndrome del esclavo satisfecho.


 


amadeopalliser@gmail.com


 


 


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