Estuvo buena la puntada de la perredista veracruzana Yazmín de los Ángeles Copete Zapot, al señalar que “el pueblo --mexicano todo-- ya probó de chile y de dulce, y ahora debe probar de manteca”.
Esto, obviamente, en alusión directa y específica a que al país ya lo gobernó, durante 70 años, el Partido Revolucionario Institucional y por 11 años y pico lo ha hecho el Partido Acción Nacional, y todo… sigue igual.
Por eso expuso, sin temor a equivocarse, que la ciudadanía ya no tiene más opciones, ya no le queda otra ruta más que la izquierda, y por eso buscarán transformar en presidente constitucional al presidente legítimo, es decir, a Andrés Manuel López Obrador.
Pero también hay que considerar que con este “buen puntacho”, la ex diputada y ex alcaldesa de Santiago Tuxtla busca llevar agua a su molino.
¡Claro!, porque al unísono de esta declaración se destapó como candidata al Senado por el partido del sol azteca.
O sea que va que va, y va de manteca, porque los de chile y los de dulce, nomás no llenaron ni supieron según su entender y muy particular punto de vista.
Pero la pregunta queda flotando en el aire: ¿será cierto que a los mexicanos ya no les queda otra opción que no sea la izquierda?
En qué se basó, qué elementos ve o tiene la ex diputada veracruzana para decir que son la diferencia que los hace diferentes a los demás.
Tendría que preguntársele de manera muy puntual y pormenorizada para que todo mundo, para que todo México lo conozca, porque si hay algo que le hace falta al país y le urge, es precisamente un verdadero cambio que sacuda y cambie las viejas y anquilosadas estructuras de poder y de intereses que tanto daño han hecho a la mayoría, pero con las que tanto se ha beneficiado una pequeña minoría, y perdón por la redundancia, pero así es.
Es la actual izquierda, porque de la vieja izquierda, que tenía cosas y personas muy rescatables y respetables, como Heberto Castillo, ya no queda nada; es la actual izquierda, va de nuevo la pregunta, la panacea para enfrentar y superar los grandes retos y rezagos que enfrenta esta nación.
Hay muchas dudas y muchos bemoles al respecto.
Para empezar, basta con dar una ojeada a la procedencia de los líderes que encabezan este movimiento para darse cuenta que vienen del mismo tronco común, que al interior existen verdaderos cotos de poder y por eso ni ellos mismos se soportan.
Por otro lado, y esto es síntoma o resultado de lo mismo, la izquierda se ha derrumbado, casi desaparecido a lo largo y ancho del territorio nacional, y sólo mantiene sus reales en el Distrito Federal, donde hay que reconocer que sus gobiernos han hecho una labor que los ha perpetuado en el poder por más de 13 años, pero también falta ver que sucede en las elecciones de este año.
Tal vez tenga razón Copete Zapot en su puntada, porque desgraciadamente hoy por hoy, no hay mucho de dónde escoger, como bien lo apunta y explica Jorge Sarmiento en su columna Jaque Mate de este día.
Sin embargo hay que tratar de escoger lo menos malo y esperar que en el futuro surja un partido o un candidato que valga la pena, porque si no este pueblo va a estar condenado a lo mismo por todo el resto de su vida.