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Visión de magistrada
2013-09-10 - 22:57
Parece increíble, y suena troglodítico, pero ¿sabe usted cómo despedían a los empleados del Tribunal Superior de Justicia de Veracruz hace 40 años? Les dejaban sobre su máquina de escribir mecánica, un oficio con estas palabras:
“Para el buen funcionamiento de este Tribunal, se ha acordado prescindir de sus servicios, por lo que deberá entregar a la Secretaría, previa relación, las causas o expedientes a su cargo, precisando su estado actual, la gaveta, la máquina de escribir Olivetti o Remington, la goma, lapiceros, lápices, agujas y demás insumos que se le proporcionaron”.
¡Qué poca! ¿Verdad? “Para el buen funcionamiento de este Tribunal…”.
La anécdota fue narrada ayer por la señora magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros, al dar el discurso en nombre de los trabajadores del Poder Judicial, cuyo sindicato, por cierto, cumple en este año precisamente su cuadragésimo aniversario, y ella es una de las fundadoras.
El mensaje es interesante porque revela la visión de alguien que observa el estado de cosas en el Tribunal de manera objetiva, honesta y autocrítica y, claro, porque no se trata de cualquier trabajador, sino de una integrante del pleno, el máximo cuerpo colegiado que rige el devenir del Poder Judicial veracruzano.
Es decir, por lo menos existe la percepción en que alguien valioso entiende la problemática que viven cotidianamente los abogados postulantes y las partes que tienen que enfrentarse con el trabajo de los juzgados. Pero también, los problemas al interior, las carencias que tienen los trabajadores para desempeñar su trabajo.
En su discurso lamentó precisamente que las condiciones de trabajo no sean óptimas. Dijo: “Falta mucho por hacer por toda la base trabajadora, para mejorar salarios y en general las condiciones laborales, pues aún existen compañeros que siguen trabajando por contrato mensual o trimestral, sin generar antigüedad”.
Sobre la calidad de los servicios hacia el público, señaló: “Es inaplazable que los ciudadanos recobren la credibilidad y la confianza en la impartición de justicia, y para ello se requiere que la actuación de todos los servidores judiciales se rija estrictamente por la rectitud, la honradez, la eficiencia, la eficacia, la ética y la deontología judicial”.
Porque: “Impartir justicia es una labor profesional, de gran importancia, que constituye una contribución fundamental, para el bien común de la sociedad entera, porque el mejor derecho sólo puede ser aquel que es aplicado por las personas más idóneas”.
La magistrada Castañeda Palmeros considera que para mejorar es necesario que “el Poder Judicial debe contar con los más preparados y expertos profesionales del derecho; responsables y estudiosos, con probada y reconocida capacidad intelectual y moral; detentadores de una conducta ética, honrada, honesta, digna y noble”.
Lamenta que sea el propio entorno el que influye en los valores que desarrollan los servidores públicos: “Vivimos en una sociedad de consumo, por lo que, cada día se pierden más los valores morales, y se privilegian más los bienes materiales, y sólo se admira la riqueza material haciendo caso omiso de los principios y valores éticos”.
Y finalmente, y esto es significativamente relevante, la magistrada convoca a sus compañeros a “iniciar una gran cruzada que dignifique el noble ejercicio de impartir una justicia gratuita, pronta y expedita, en la que se respete de manera irrestricta la voluntad de la ley y sobre todo la rectitud del Poder Judicial, recordando en todo momento que es un gran honor y una gran responsabilidad formar parte del Poder Judicial”.
Bien por eso. No hay duda de que la magistrada Castañeda Palmeros es una gran servidora pública.

columnaprospectiva@gmail.com

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