TARDE o temprano le va a estallar al gobierno-sea de Duarte o de quien quede de los Yunes-otro grave problema que tiene que ver también con los malos manejos de los recursos financieros en Veracruz.
Resulta que desde hace muchos años los trabajadores del magisterio-y supongo hasta los empleados gubernamentales-dejaron de recibir-sin explicación alguna- los estados de cuenta del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) que anteriormente les llegaba trimestralmente.
La realidad es que nadie sabe los motivos reales, pero se pueden imaginar las razones de tal medida: El gobierno no tiene recursos y está en crisis, por lo tanto, no le interesa ese rubro que va a afectar a miles de trabajadores en el estado.
Lo último que se supo es que los recursos pasaron de Bancomer a Banorte, sin embargo en ninguna de las dos instituciones financieras saben algo al respecto. Las dos niegan información a cualquier trabajador que se presente buscando información.
Y esta situación afecta tanto a trabajadores federales como a estatales. A nadie le ha llegado ningún estado de cuenta de sus ahorros en el SAR y por lo tanto no tienen idea de sus saldos individuales en ese sistema de ahorro para el retiro. ¿Qué está pasando?
Para quienes dejaron de recibir su estado de cuenta con una antigüedad de 10, 15,20 o 25 años, la pregunta obligada es ¿qué pasó con sus ahorros? ¿Dónde quedaron? ¿En qué institución bancaria se encuentran? O de plano ya los tomó el gobierno como hizo con la reserva técnica del IPE.
En Veracruz son más de 100 mil trabajadores de la educación y de esos, NADIE ha recibido su estado de cuenta del SAR, entonces se puede imaginar el lector de qué cantidades se habla y de qué magnitud podría ser el desfalco.
Y como siempre lo hacen, los líderes sindicales prefieren callar y solo dan largas a quienes se atreven a cuestionar al respecto convirtiéndose en cómplices del propio gobierno, tal y como lo hacen en el IPE donde son consejeros y permiten el saqueo.
No ejercen su verdadero liderazgo y aceptan las migajas que les da el gobierno para subsistir y mantenerse en las organizaciones sindicales.
Se conforman con que les entreguen-aunque se a cuentagotas- sus cuotas sindicales, las que manejan a su antojo y sin rendir cuentas a nadie. Ese es el triste papel que representan los dirigentes de los sindicatos del magisterio ante sus agremiados.
Y por otra parte, EL SEGURO DE VIDA INSTITUCIONAL a que todos los trabajadores del magisterio tienen derecho, presenta también irregularidades dado que en las propias oficinas de recursos humanos de la SEV afirman que el gobierno no ha pagado a las respectivas aseguradoras por lo que no pueden dar a los trabajadores ningún número de folio que indique el contrato de la seguradora que supuestamente pagaría en caso de deceso, accidente o cesantía por razones justificables. Nada, no hay nada al respecto. Los trabajadores están desprotegidos por el mismo gobierno que, agobiado por la crisis financiera, no cumple con sus obligaciones de protección social hacia sus propios trabajadores.
¿Más?, pues solo faltaría mencionar que para que un trabajador jubilado pueda recibir lo que en justicia le corresponde del Seguro del Magisterio, debe esperar SIETE O NUEVE AÑOS ¡después de haberse jubilado. ¡Qué tal!
Algunos-de edad muy avanzada- se van sin la esperanza de poder disfrutar de ese dinero que les corresponde por derecho.
¿Y los lideres sindicales? Refundidos en sus negocios particulares y en la administración de las finanzas de las cuotas de los trabajadores.
No exigen los estados de cuenta del SAR, no exigen la seguridad social de los trabajadores ni exigen el pago oportuno del Seguro del Magisterio a los jubilados. No sirven para un carajo