28 de Abril de 2024
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Encuestitis, enfermedad electoral de la guerra sucia
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2016-04-19 - 09:28
En cada periodo de elecciones se presenta la práctica de las encuestas para saber quien lleva la delantera, quien es el puntero, quien cuenta con las simpatías de los electores según los datos que arrojan las entrevistas hechas a ciudadanos por encuestadores contratados ex profeso para tal fin, ya sea en persona o vía telefónica.
La mayoría de los organismos que se dedican a realizar dichas encuestas lo hacen por encargo de los propios partidos, es decir reciben un pago por su trabajo y no de gratis.
Los resultados de las encuestas, por lo tanto, deben beneficiar al candidato del propio partido y servir para mostrarlo a la ciudadanía a fin de orientar la votación, de dirigirla y bajar los porcentajes de aceptación de los otros contendientes.
Así funciona esto de las ya nada creíbles encuestas.
Todos los partidos muestran en los periódicos y en las redes sociales los resultados de sus encuestas en donde, por supuesto, dan por ganador a su candidato.
Nadie cree en ellos, no hay imparcialidad.
En las del PRI siempre va arriba Yunes Landa y en las del PAN, Yunes Linares.
Quien paga manda diría yo.
Y a nivel nacional no se quedan atrás: unas encuestas señalan que si ahorita fueran las elecciones ganaría López Obrador y otras que Margarita Zavala. Claro, son los aspirantes a la presidencia más visibles. ¿Y del PRI? Osorio Chong y el flamante y muy polémico secretario de Educación, Aurelio Nuño Mayer, aunque ni ellos ni los otros secretarios que tienen aspiraciones aparecen en las encuestas para no exponerse por ser funcionarios federales y por respeto a su jefe Peña. Pero de que quieren, ni duda hay.
Conforme avancen las campañas electorales en Veracruz se harán más encuestas y cada candidato se mostrará en ellas como ganador aun sin serlo, así es este juego de mentiras y verdades a medias donde lo importante no es mostrar la realidad, sino simplemente ganar al oponente a costa de lo que sea y de quien sea.
La guerra sucia ya empezó y todos se tiran de todo, se sacan sus trapitos al sol, se dicen de todo, descubren las corruptelas del contrincante, averiguan lo negro de su pasado y lo exponen.
Aquí ya no importan las lealtades, la familia ni nada. La ética se pierde y se muestra la muy poca cultura política tanto en unos como en otros.
Se guardan lo mejor para el final. El caso es bajar hasta lo más hondo de las encuestas al contrincante, que los votantes descubran lo negro, lo sucio de quienes aspiran al cargo. No hay otro fin, el poder es el poder y para obtenerlo no importan los medios, así sean destructivos y que afecten a todos, a la familia y a quien sea.
La encuestitis ya empezó y agravará sus síntomas en unas semanas más, cuando todos digan, según sus propias encuestas, que van a la cabeza de sus oponentes, todo con un fin, desorientar a los ciudadanos y hacer que voten por los que llevan la delantera.
Muchas personas caen, la mayoría no. La sociedad actual esta mas politizada y es consciente.
Veremos más delante de que son capaces los candidatos y sus asesores para demeritar asus oponentes en esta guerra sucia electoral.

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