La clase política presenta signos de pudrición, de descomposición y de altos niveles de corrupción que muestra ya, ante la sociedad, un sistema caduco, obsoleto y prostituido en todos sus niveles, desde el municipal hasta el federal, incluyendo indiscutiblemente al estatal, donde los gobernadores y sus élites se han adueñado del poder y lo usan para sus propios fines.
Signos de la descomposición de los políticos es la falta de ética, de principios y de valores.
Es común ver a personajes que hoy pertenecen a un partido y mañana a otro, tirando en la basura las ideologías, las amistades y las lealtades con el fin de lograr beneficios personales.
Y tan prostituidos están los políticos como los partidos que los aceptan a sabiendas que no comparten sus ideologías y más aun, que pertenecen a grupos antagónicos. Priistas que se vuelven perredistas, perredistas que se vuelven priistas, panistas que se van al PRI y priistas que se van al PAN, saltando como chapulines de un instituto a otro sin que nada pase, sin que nadie, ni su consciencia ¿tienen? se los impida.
Peor aún, alianzas de partidos de derecha con partidos de izquierda que pisotean sus principios básicos, sus ideologías y a la gente afiliada que con méritos en mano solo observa a los arribistas que de la noche a la mañana se adueña sus partidos sin ningún mérito pero si con mucho dinero. ¿Y quienes si han hecho carrera? , aquellos que desde jóvenes van escalando niveles en base a un trabajo con las bases, organizando a la gente, llevando beneficios a los más necesitados, ¿Qué pasa con ellos?
Políticos que para sobrevivir del erario crean sus propios partidos los vuelven sus feudos, su patrimonio personal ¿casos? Los más sobresalientes nacionales y estatales son el PVEM, de Jorge González Torres y su hijo el “niño verde”, Jorge Emilio González Martínez; Movimiento Ciudadano, de Dante Delgado Rannauro; el Partido Cardenista, de Antonio Luna; el AVE, de Alfredo Tress Jiménez (disidencia de Dante) y Nueva Alianza, del SNTE, creado por Elba Esther Gordillo, entre otros, cuyos dirigentes gozan de las prerrogativas que les otorgan los órganos electorales y se convierten en su modus vivendus.
Y qué decir de los diputados que abandonan su cargo para competir por una alcaldía y de los alcaldes que tiran la toalla por alcanzar una diputación. Fueron elegidos democráticamente para cumplir un periodo legalmente establecido y “piden licencia” para probar suerte y para seguir disfrutando de los beneficios del erario público por más tiempo. ¿O es acaso que lo hacen por el beneficio de sus electores, de los que por cierto jamás se acuerdan? No, todo lo hacen según su conveniencia.
Más tinta se puede gastar cuando se habla de los políticos corruptos que abundan en todas las esferas y en todos los niveles que roban y saquean las arcas gubernamentales sin que nadie los toque, sin que las garras de la justicia los alcance pese a las pruebas irrefutables que puedan existir en su contra.
Vivimos en el país donde no pasa nada, de la prostitución política acentuada que no recibe castigo, que no va a la cárcel y que, cuando sucede, es porque la venganza de un político alcanzó a otro, como en el caso de Dante Delgado.
Y qué decir de los líderes oportunistas que se meten a la política y se encumbran en cargos públicos de los que no saben nada o de aquellos que se hacen o los hacen diputados, senadores o alcaldes y se aprovechan de campesinos y colonos para lograr que el gobierno les entregue sumas cuantiosas de recursos económicos que usan de manera discrecional y a su antojo. ¿Casos?: Antorcha Campesina, Movimiento de los 400 Pueblos, MOPI y tantas que abundan a lo largo y ancho del territorio estatal.
Y para ejemplo basta citar a Marco Antonio del Ángel Arroyo, hijo del seudo líder de los desnudistas, Cesar del Ángel Fuentes, quien actualmente es diputado local sin contar con merito alguno, más que haberse desnudado para mostrar sus encantos aquí en Xalapa y protestar contra Yunes Linares a su manera.
¿Y el hijo de Fidel Herrera? Javier Herrera Borunda, diputado federal solo por ser su hijo, ese es su gran y extraordinario mérito.
Igualito que los integrantes de la familia Lagos, Erick Lagos Hernández, Silvio Lagos Galindo y Silvio Lagos Martínez, diputados y ex diputados. Chulada de familia, diría don Rubén Pabello Acosta. Y ahí está también el hijo de Juan Nicolás Callejas Arroyo, Juanito Callejas Roldán que “ganó” la dirigencia de la Sección 32 del SNTE por sus purititos méritos de sangre. Y el prepotente de Jorge Carballo, otro jovenzuelo inexperto y mal querido hasta por su propia familia pero eso si, como mucha lana.
Similar situación con los dos hijos de Miguel Ángel Yunes Linares, uno alcalde, Miguel Ángel Yunes Márquez, y otro, el más joven, Fernando Yunes Márquez, senador de la República.
De la ex lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, estaba su hija Mónica Arriola, ya fallecida como senadora y su nieto René Ricardo Fijiwara como diputado.
Y ahí esta otra muestra de esa prostitución cuando se supone que al senado debían llegar hombres sabios, con experiencia y madurez política y no jóvenes inexpertos e hijos de funcionarios y lideres beneficiados por el sistema.
La descomposición del sistema, la prostitución del mismo y el muy bajo nivel de cultura política es tan notoria que cae en lo ridículo o en lo increíble cuando todos sabemos que por más nefasto que sea un político, en México no tendrá como destino ir a la cárcel
Por más que se le demuestren sus actos de corrupción, por más que se exhiba su enriquecimiento ilícito y su elevado crecimiento patrimonial o su propia ineptitud, la justicia no llegará ni a nivel federal n a nivel estatal.
Casos hay muchos en México y en Veracruz.
No sirven las “casas Blancas”, no sirven las denuncias de Carmen Aristegui, no sirven los quebrantos patrimoniales al estado, las enormes deudas impagables en que los gobernantes dejan a sus estados, como tampoco sirve ya que la prensa escrita exponga las corruptelas de los políticos puesto que camaleónicamente se adaptan a todo esto y siguen en lo mismo, más astutos, más precavidos y más arbitrarios. Ahora acallan, aplastan e impiden la protesta. ¿Casos? De eso mejor ni hablamos hoy.
Vaya ejemplo que nos da Brasil al entablar un proceso contra su propia presidenta Dilma Rousseff por posibles actos de corrupción cuando en México eso suena altamente improbable. El mismo ejemplo que nos dio Guatemala cuando encarceló al ex presidente Otto Pérez Molina y Perú con el ex presidente Alberto Fujimori, solo por mencionar a los más recientes.
Ahí está la gran diferencia entre lo que se puede hacer y no se hace, entre una clase política y otra, entre una sociedad que tienes problemas de corrupción pero quiere cambiar, quiere avanzar y otra que permanece estática, que no hace nada por modificar sus viejas estructuras de poder.
En fin, ahí está lo prostituido de la política nacional y estatal y sus nefastos personajes que son muchos y siempre los mismos.