Por supuesto que no era necesario un debate para que se mostraran tal y como son los dos Yunes ya que sus verdaderos rostros son de muchos conocidos desde que se destaparon como aspirantes a la candidatura. Sus artimañas, sus tácticas, sus agresiones y sus politiquerías son cosa de todos los días. Es sed y hambre de poder, quizá más del malo que del bueno, según ya los clasifica la sociedad y ellos mismos, aunque los dos “no cantan mal las rancheras”, como popularmente se dice.
Miguel Ángel Yunes Linares ha traído desde siempre un pleito con todo lo que signifique y huela a Fidel Herrera Beltrán. Es un odio jarocho que se extendió hacia su sucesor con una rabieta encarnizada que se dejó ver en este último debate. “Vas a ir a la cárcel Duarte”, fue una de las expresiones dedicadas al gobernador del Estado. Esa ha sido su bandera en la campaña y lo seguirá haciendo conectado al propio Héctor como más de lo mismo del priismo corrupto y desgastado que representa el mandatario estatal.
Y el del PRI, de manera tibia, sin fuerza, dedica sus actos de campaña y los propios debates a denostar a su primo panista-perredista e invitándolo a que abran las puertas de sus casas para que el pueblo pueda ver cómo viven cada uno de ellos. ¿Qué van a descubrir, que no sepan ya los veracruzanos? ¿Que Miguel Ángel vive con muchos lujos?, eso ya lo saben y no solo de él, sino de muchísimos políticos, diputados, senadores, representantes del poder judicial, alcaldes y funcionarios federales que amasan inmensas fortunas acumuladas “con el sudor de su frente” simplemente por ser funcionarios públicos y gozar de los inmensos privilegios que les da el hecho de tener poder incluso, para asignarse ellos mismos sus altísimos salarios como sucede con los representantes de los poderes Legislativo y judicial.
¿Qué más se podría averiguar si abren sus casas?, Quizá que Héctor tiene menos dinero que Linares porque la carrera política del malo ha sido de mayor participación en el nivel federal y ha ocupado más puestos públicos que el bueno. Qué la riqueza del bueno proviene de su sueldo y no de actos de corrupción. ¿Y eso como se comprueba?, preguntarían los ciudadanos comunes y corrientes, porque hasta ahora no se ha visto que Héctor interponga una demanda contra Yunes Linares por corrupción o enriquecimiento ilícito pese a sus señalamientos en debates y en sus actos de campaña. Todo es pura palabrería. Acusar, acusar y solo acusar pero la realidad es que legalmente nadie procede contra nadie.
El circo de los Yunes tiene todavía varias funciones pendientes, mas debates, mas ataques personales y más acusaciones de un lado y otro al que se sumaran los candidatos satélites del priismo contra el primo incomodo.
Y como en toda función, habrá también pifias como la de Héctor al mencionar que su primo fue parte de los delincuentes y corruptos del PRI, partido que lo postula a él mismo, sin mencionar que hasta el propio Cuitláhuac se equivocó al decir que somos 500 millones 500 mil votantes en Veracruz con todo y su maestría en Matemáticas realizada en Alemania.
¿Y las propuestas, las soluciones a los graves problemas del estado donde quedan?
Parece que su mayor preocupación es sacarse los trapitos al sol, que los asistentes al circo se satisfagan en el morboso espectáculo de destruirse, de traer a la arena política toda la suciedad posible que uno sabe del otro.
En eso están dedicados todos sus esfuerzos y no pierden oportunidad para hacerlo. En este primer debate todos, menos Méndez de la Luz, se fueron contra Yunes Linares y éste solo se dedico a sonreír y a lanzar sus dardos contra Duarte. Esa fue su táctica por ahora.
En los siguientes debates seguramente veremos más de lo mismo para que la sociedad vaya definiendo sus preferencias, cuando menos de quienes no están seguros aun de por quién votar.
Los boletos son gratis, las funciones continuarán gracias al OPLE y sus debates y a los actos de campaña de cada uno de los candidatos en donde escenifican verdaderas representaciones donde muestran su odio, sus deseos de venganza y su innegable anhelo de poder, de ese poder que les permita destruir al contrincante y aplastarlo para imponer su voluntad.
Así esta nuestra triste cultura política en Veracruz. Veremos más adelante hasta donde llegan los señores candidatos.