José Luis Amaya Huerta

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En su texto De la vida bienaventurada, Lucio Anneo Séneca, filósofo estoico, político y orador romano que vivió en el siglo I después de Cristo, sostiene que el alma es la que encuentra lo que es bueno para el alma.
“Busquemos un bien que no lo sea tan solo en la apariencia, sino sólido, igual y más hermoso por dentro; saquémoslo de lo hondo. No está muy lejos; se encontrará. Tan solo es necesario saber a dónde se ha de extender la mano”, escribió.
Séneca afirma que el bien supremo es el ánimo contento con la virtud, a la que define como algo profundo, excelso e infatigable, que puede encontrarse “en el templo, en el foro, en la curia, de pie en las murallas, polvorienta, encendida, con las manos callosas”.
Habría que entender que esta última frase está planteada en el contexto cultural de hace 2 mil años en la antigua Roma, pero su sentido sigue vigente pues tiene que ver con el hecho de que la virtud está en el esfuerzo, en la reflexión sobre lo que es justo y correcto, en el trabajo, en la comunión con uno mismo y con los demás.
“En la virtud – dice el filósofo – no se ha de temer que haya exceso, porque en ella misma está su moderación”.
Es así que, siguiendo el ejemplo del gran estoico, hablaré de la amistad y de la gratitud como dos valores universales, que son inherentes a la virtud.
La amistad es un bien que no está solo en la apariencia, sino que es sólido por dentro. Como la virtud, la amistad es algo profundo, excelso e infatigable, porque nace del afecto y de la estimación recíprocas, y hay que cultivarla como decía el poeta Jorge Luis Borges en el Otro poema de los dones, como un arte.
En el mismo sentido, la gratitud no está en la apariencia, sino que es algo sólido y hermosa por dentro.
Igual que la virtud, la gratitud está en el templo, en el foro, en la curia, de pie en las murallas, polvorienta, encendida, con las manos callosas.
La amistad y la gratitud son dos valores humanos que deben honrarse si lo que se busca es una vida buena.
En mi caso, con el propósito de honrar la amistad y la gratitud, a través de este medio quiero hacer patente mi agradecimiento por las innumerables muestras de afecto y de amistad expresadas con motivo del cumpleaños de su servidor, el pasado 25 de agosto.
Gracias a todos por sus llamadas y mensajes, expresando sus felicitaciones y sus buenos deseos.
Para su servidor, la amistad es un valor que no sólo está en la apariencia, sino que es sólido por dentro, y al que aspiro corresponder y cultivar como si fuera un arte.

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