31 de Marzo de 2025
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DESDE CATALUÑA - Amadeo Palliser Cifuentes
El Vaticano y el reino de este mundo
2025-03-28 - 17:56

 


 


Amadeo Palliser Cifuentes / Barcelona 


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Estos días hemos visto nuevas muestras de la incongruencia vaticana, recordándonos que, en general, la incongruencia domina en la iglesia católica, en el estado, e incluso en nosotros mismos; a pesar de los cambios estéticos, de mero maquillaje, si bien, manteniendo el fondo, como intento argumentar en este escrito, en el que me centro en el Vaticano y el gobierno español.


 


Los hechos concretos que motivan el presente escrito son la apertura del museo del monasterio de Santa María de Vilanova de Sixena y la recalificación del Valle de los caídos (actualmente Cuelgamuros).


 


1 - Con relación a Sixena (Sigena o Sijena), es preciso destacar los siguientes aspectos:


 


El pasado miércoles (26/03) el gobierno aragonés reabrió las puertas del monasterio, después de más de dos años de obras de reforma y mejora de las instalaciones (incendiado de forma intencionada en 1936, en plena guerra incivil provocada por el sublevado Franco; y abandonado en 1972, cuando las últimas monjas se trasladaron al monasterio de Valldoreix); permitiendo mostrar, parcialmente, las obras expoliadas por la guardia civil, procedentes del Museu de Lleida y del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC).


 


Estas obras fueron incautadas el 11 de diciembre del 2017, por decisión del gobierno de Mariano Rajoy y de su ministro de educación, cultura y deporte, el chulesco Iñigo Méndez de Vigo, cumpliendo una orden judicial (sentencia del 8 de abril del 2015); obviando la ley de patrimonio catalán y la base legal de su compra. Pero, evidente, en el 2017 se aprovechó esa decisión para ejecutar un nuevo castigo a Catalunya, por el referéndum de independencia del 1 de octubre del 2017.


 


Como señaló Vicent Partal en su editorial:


 


‘Cuando unas obras de arte se convierten en trofeos que se exhiben como símbolo de victoria sobre un adversario político, han corrompido completamente la esencia y han perdido su valor cultural (…) porque es bien significativa la manera cómo se ejecutó la orden y el discurso político que le acompañó y que acompaña, todavía hoy, como el gobierno aragonés se encargó de recordarnos ayer mismo con una nueva provocación, esta vez contra el MNAC (…) Las imágenes de los agentes de la guardia civil cargando las piezas en furgonetas, de madrugada habían sido diseñadas expresamente para humillar a las instituciones catalanas (…) convirtiendo las obras en un flagrante botín de guerra (…) mediante la exaltación brutal de la ley del más fuerte y por la exhibición obscena de la violencia armada (…)


 


(Vilaweb del citado 26/03)


 


Evidentemente esa actuación fue una más de la salvaje respuesta del antidemocrático estado español, y del gobierno de la comunidad autonómica de Aragón (en su momento presidido por Javier Lambán Montañés (presidente del 2015 al 2023) y desde ese año, por Jorge Antonio Azcón Navarro. El primero del PSOE y el segundo del PP); mostrándonos, así, que ambos partidos, en realidad son uno solo, cuando se trata de ‘defender el honor patrio español’. Asimismo, nos muestra que, muchas veces, los vecinos son los peores enemigos, por múltiples causas (como nos muestra el conflicto entre los judíos y los palestinos).


 


Las rencillas y envidias de los políticos aragoneses respecto a todo lo que representa Catalunya, son centenarias, y nunca han aceptado que en la Franja de Ponent (zona fronteriza) se hable el catalán, y en el 2013, llegaron a cambiarle el nombre, para ponerle ‘Lapao’ (lengua aragonesa propia del área oriental).


 


En un escrito anterior ya apunté que el historiador Borja de Riquer señaló que ‘el término Corona de Aragón es una invención de los historiadores, en la época medieval no se llamaba así. Cuando Jaume I iba a Aragón era el rey de Aragón, cuando entraba en Catalunya era el conde de Barcelona, y cuando iba a Valencia, lo hacía como rey de Valencia, es a partir de los siglos XVI y XVII que fue cuajando Corona de Aragón en el ámbito historiográfico (…) fue una invención de los historiadores (…).


 


Todos sabemos que el reino castellano, ancestralmente hizo todo lo posible, y también lo imposible para desnaturalizar, desacreditar y despreciar a Catalunya; y ese ADN castellano (de hidalgos y de conquistadores) es el que sigue dominando en el reino español.


 


También podríamos explicar las desventuras y envidias que nos tienen los gobiernos valencianos, reflejados en todos los ámbitos, especialmente en el cultural y lingüístico.


 


Es cierto que, en todo conflicto, las culpas son bastante repartidas, y siempre subjetivas, pero los hechos históricos objetivos son los que son.


 


Ahora bien, me estoy alejando del tema central del presente escrito, es decir, la influencia de la iglesia católica en los conflictos terrenales, así que vuelvo a él, y, a tal fin, es preciso recordar que, tradicionalmente, el Obispado de Lleida incluía las comarcas de la Franja de Ponent, con excepción de la zona de Beseit y Vallderoures, al Matarraya.


 


Y durante el franquismo se inició la segregación y culminó durante la transición (traición) ‘democrática’, pues la persistencia del episcopado español acabó con 800 años de homogeneidad del Obispado de Lleida, separando la mencionada Franja de su territorio histórico y cultural, incorporándola a un nuevo Obispado situado fuera del ámbito cultural catalán.


 


La segregación se hizo en tres fases, los años 1955, 1995 y 1998, culminando con un litigio por las obras de arte procedentes de las parroquias de la Franja, depositadas en el Museu Diocesà de Lleida. En todo el proceso de segregación de las parroquias y la demanda de la devolución de las obras de arte, hay una clara intención de disminuir Catalunya y reafirmar el centralismo del estado español, que sólo se concibe como unitario.


 


Y obviando que, como he dicho, en 1972 el monasterio de Sixena quedó abandonado, y en los años 1983 y 1994 fueron vendidas las obras, por parte de la comunidad religiosa a la Generalitat de Catalunya; venta de forma legal y documentada.


 


En 1997, el gobierno aragonés ejerció el derecho de retracto sobre las obras vendidas, alegando que ‘no había podido ejercitar su derecho de adquisición preferente’. Y, claro, el poder judicial, ejerciendo más de ‘poder’ que de ‘judicial’, ya sabemos cómo piensa y actúa. Así que nada nuevo; y, en este caso, obviando los pagos efectuados en su momento, y los costes de restauración y mantenimiento desde entonces, decidió a favor de Aragón.


 


Pero es así, el núcleo del problema es la ideología del episcopado español, ideología de base claramente franquista y nacionalista español; y siempre en confabulación con los gobiernos españoles de turno. Y éstos, claro, jugando sucio (como siempre) y que, mediante la ley 16/1985 del patrimonio histórico español, en su disposición adicional 1ª, determinó que:


 


‘Los bienes que con anterioridad hayan sido declarados histórico-artísticos o incluidos en el inventario del patrimonio artístico y arqueológico de España, pasan a tener la consideración y a denominarse bienes de interés cultural español’.


 


Nada nuevo bajo el sol, pues la espada y la cruz han marcado, decidido y participado, todo tipo de las historias más negras, como sabemos.


 


Y claro, todo ello sin hacer ni un mínimo análisis serio y objetivo sobre la procedencia de disponer y exponer de los fondos museísticos en general, y El Prado o el Vaticano, en especial, ya que no contemplan deslocalizar las obras de arte expuestas, muchas requisadas, como en todos los museos del mundo. Pero, contra Catalunya todo vale, e incluso la iglesia católica ha jugado y juega en esa ‘política’ represiva.


 


2 – Con relación al Valle de los Caídos (Cuelgamuros)


 


El pasado jueves (27/03) Félix Bolaños, ministro de la presidencia, justicia y relaciones con las cortes, informó que en el pasado mes de febrero viajó al Vaticano y pactó con el secretario de estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, que algunas partes del templo se pudiesen continuar utilizando para el culto. Y que el arzobispo de Madrid, José Cobo, ha tenido un papel fundamental en el acuerdo definitivo; así, los monjes benedictinos también podrán continuar ejerciendo su labor. Sólo abandonan la fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos el exprior Santiago Cantera (que se había opuesto a la exhumación de Franco) y dos monjes que son franquistas reconocidos.


 


Bolaños informó, asimismo, que se mantendrá intacta la cruz de 150 metros, situada en la cima de la montaña y es visible a muchos kilómetros de distancia; pues no alterará el proyecto de resignificación del Valle de los caídos, actualmente llamado Cuelgamuros, para evitar la denominación franquista, a pesar de que esa cruz era para humillar al bando perdedor de la guerra. El argumento del gobierno es que ‘sin la cruz no se puede explicar el valle, porque representa la simbiosis entre la iglesia y la política, que es el nacionalcatolicismo’.


 


Asimismo, informó que el gobierno invertirá 30 millones de euros en un concurso internacional para el proyecto de construcción de un centro de memoria y museizar el espacio, excepto el altar principal y las bancadas de la basílica, pues continuará teniendo usos litúrgicos, como hasta ahora.


 


Bolaños señaló, asimismo, que la desacralización del templo no ha estado nunca en cuestión. Viva el estado aconfesional que determina la constitución española.


 


Pues bien, sabemos que el gobierno de Pedro Sánchez es un equilibrista, que pretende hacer pequeños cambios cosméticos, para, en realidad, no cambiar apenas nada, y así ‘no molestar’ al verdadero núcleo del poder del reino.


 


Ya hemos visto su forma de proceder en Barcelona, respecto a la comisaría de la policía nacional, en Vía Laietana, a pesar de las reclamaciones de los colectivos pro defensa de la memoria democrática. Y, Pedro Sánchez considera que se puede simultanear el mantenimiento de la comisaría y, a la vez, ser un centro memorialístico de la represión.


 


Pero, eso es imposible, es incasable, como apunté en un escrito anterior, pues, salvando las distancias, sería como incluir en los campos de concentración nazis, una delegación del partido Alternative für Deutschland, AfD, (alternativa por Alemania).


 


Y ese proceder de Pedro Sánchez no es nada nuevo, miente más que habla, y trabaja, principalmente, por su imagen y por el régimen.


 


Y claro, el proceder de la curia vaticana tampoco es nada nuevo, pues no quiere perder ese centro de recuerdo maldito. Ya vimos cómo actuó con la ley de inmatriculación de tierras y edificios, ‘gracias’ a la ley 13/2015, de reforma de la ley hipotecaria aprobada por el decreto de 8 de febrero de 1946 y del texto refundido de la ley de catastro inmobiliario, aprobado por real decreto legislativo 1/2004. Pues a la conferencia episcopal española le faltó tiempo para beneficiarse de esa ley de José María Aznar, y registrar a su nombre, infinidad de terrenos e inmuebles (más de 34.961), aumentando, considerablemente su patrimonio, mediante todo tipo de trucos y oscuridades.


 


Según Juan 18:36, Jesús contestó: ‘Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí’.


 


Pero a pesar de que, según la Biblia, hay tres reinos: el celestial, el terrestre y el telestial (destinado a las personas que no recibieron el evangelio en vida); y que ‘la diferencia es que el reino del mundo avanza ejerciendo poder sobre, mientras que el reino celestial avanza ejerciendo poder bajo’.


 


Todo queda muy bien en los papeles, como decir ‘al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios’ (Marcos, 12, 17), pero sabemos que la curia romana y, por extensión, toda la jerarquía, quiere seguir controlando todos los reinos, y en éste, tanto las personas como sus posesiones y para eso, tiene que ostentar el máximo poder. Sólo hace falta recordar los ‘juicios divinos’ de la Edad Media, ejercidos mediante pruebas como poner las manos en el fuego o sujetar un hierro ardiente, y si el acusado se quemaba, era por no tener razón y por eso Dios no le había salvado. De esta prueba viene el refrán de ‘poner la mano en el fuego por alguien’.


 


Todo son engaños, desde el origen, como lo muestra la ‘culpabilización’ de la manzana como elemento de tentación de Eva a Adán; cuando, según los textos, era el árbol del bien y del mal, no un manzano. Pero en latín, el adjetivo descalificador o peyorativo ‘malus’ y el manzano (mâlus) eran perfectamente distinguibles ya que existía una longitud vocálica (uno breve y otro largo); ‘pomum’ originariamente expresaba ‘fruta’, en genérico. Y en la traducción de la Biblia Vulgata (*), se tradujo ‘malum’ (mal) como manzana, y desde entonces se identificó el fruto prohibido con las manzanas.


 


(*) traducción de la Biblia hebrea y griega al latín de finales del siglo IV hecha por San Jerónimo de Estridón, por orden del Papa Dámaso I; y se llamó Vulgata por estar escrita en latín vulgar.


 


Pero la institución eclesiástica no admite sus errores, como experimentaron Galileo Galilei (1564 – 1642) y muchísimos científicos, y ciudadanos comunes, todos ellos perseguidos por la inquisición del santo oficio, y las torturas de esos inquisidores no se olvidarán ni perdonarán.


 


En definitiva, sabemos que la iglesia católica y el poder siempre han ido de la mano, y desde el pasado siglo con el franquismo, y así nos va, pues nunca cambiarán, son y serán así, como los franquistas (y neofranquistas), que por más que disimulen, siempre lo seguirán siendo.


 


amadeopalliser@gmail.com


 


 


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