Nopaltepec es una congregación del municipio de Cosamaloapan de Carpio, Veracruz, de acuerdo al INEGI, en la actualidad contaría con alrededor de 3 mil habitantes.
En ese pequeño pueblo cuyo nombre significa el “cerro de los nopales”, crecí y aprendí las primeras lecciones de vida, doy gracias al Señor por ello. En ese sentido, quiero hablar de algunos personajes que por diversos motivos impactaron mi formación.
El primero de ellos es don Pedro Herrera González, cacique que por la década de los cincuenta del pasado siglo, se encargó de que los paisanos respetaran los ordenamientos, tenía mano dura, pero era un hombre justo que se encargaba, además, de generar fuentes de empleo.
Hay dos anécdotas que pintan de cuerpo entero a don Pedro: en 1951, durante la campaña presidencial de don Adolfo Ruiz Cortines, en Nopaltepec no hubo lugar para los seguidores del general Miguel Henríquez Guzmán, quien disidente del PRI, buscaba la silla presidencial. El señor Herrera aplicó de manera draconiana el corporativismo tricolor: o te aclimatabas o te aclimatabas, de lo contrario, un vagón que hacía las veces de cárcel municipal, te ayudaba a “pensar” mejor las cosas. Sé que estas prácticas chocan con la realidad actual, pero…son parte de nuestra historia.
En otra ocasión, a la muerte de John F. Kennedy, don Pedro le dijo a su mujer, doña Filiberta Pitalúa: vieja, búscate al cura de Tres Valles para que le oficie una misa a Kennedy, esa gente es poderosa y hay que quedar bien con la familia.
Otro hombre que también contribuyó a la prosperidad del pueblo fue don Jorge Sentíes, pariente de Octavio Sentíes, quien fue regente del entonces Distrito Federal con el presidente Echeverría.
Don Jorge era hombre de trabajo, panelero, ganadero y promotor de la siembra de caña, siempre dispuesto a ayudar al prójimo, sobre todo, dando oportunidades de trabajo e invirtiendo en obras materiales para la comunidad.
En tal sentido, recuerdo a don Manuel Armas, mismo que se desempeñaba como administrador de la colonia “El Zafiro”, que entre otras cosas servía de batey para el ingenio San Cristóbal.
Don Manuel era un patrón exigente, pero mantenía en armonía a su “rebaño”, no había vaciladas ni desatinos para cumplir con lo encargado. Cabe mencionar que el susodicho fue padre de 26 hijos y a todos les dio educación, vestido y comida, incluso, alguno de sus vástagos refiere que más de una ocasión se llegó a juntar toda la descendencia.
En los años a que nos referimos, el propietario del ingenio era don Roberto García Loera y me atrevo a asegurar que fue el mejor momento del “Coloso de Sotavento”, eran zafras magnificas, había “jale” para el que quisiera y llegaba mano de obra de otras regiones. A la muerte de don Roberto, las cosas nunca volvieron a tal esplendor.
Los tres personajes reseñados han tenido una característica común: su amor por el terruño, también la voluntad para que hubiese progreso, desde su trinchera, colaboraron comprometidos.
Estas situación trae a colación lo siguiente: el ingeniero Joel Salas García, hijo de Felipe Salas, que fue tractorista en San Cristóbal, es un destacado profesionista que estudió en Tuxtepec, Oaxaca, ahora, tiene un importante puesto gerencial en la Cervecería Modelo en dicha ciudad.
Al igual que sus predecesores, Joel ayuda a la gente del pueblo consiguiéndoles trabajo, lo cual coadyuva a que no todos mis paisas tengan que emigrar.
Hay que demostrar la querencia por el origen con hechos, bienaventurados los que así lo hagan.

*Vivencias de Rafael “El Negro” Cruz, editadas por Javier Roldán