José Luis Amaya Huerta

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El senador Dante Delgado Rannauro, ex gobernador de Veracruz y dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, es actualmente el político veracruzano de más altos vuelos.
La historia política de Dante data de sus tiempos de estudiante en Córdoba y la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, cuando decía a quien quisiera escucharlo que sería gobernador de Veracruz y Presidente de México.
Era tal la vehemencia con la que lo afirmaba y tanta su inquietud para emprender sus proyectos políticos, que en la camaradería del ambiente estudiantil, por naturaleza irreverente, lo bautizaron con el mote de “caballo loco”, mismo que llevaría a la largo de su vida política.
La primera vez que Dante se enfrentó al régimen priista fue allá por la década de los 70, cuando quiso ser alcalde de Córdoba y los priistas de ese entonces, encabezados por Gonzalo Morgado Huesca no le permitieron llegar y hasta le balacearon su casa. Años después, ya como gobernador sustituto, en venganza bautizaría a Morgado como el “capitán chanclas”, pues en el colmo de la humillación hacía que su entonces subordinado le llevara las sandalias en la casa de Gobierno.
Tras su primer descalabro político, el recién egresado abogado se refugió en la Ciudad de México, para luego aparecer como Delegado de la Secretaría de Educación Pública en varios estados del sureste, como Quinta Roo, Oaxaca y Veracruz, donde se incrustó en el gabinete estatal como Subsecretario de Gobierno, para luego ser Diputado Feral y dirigente estatal del PRI en la campaña de Don Fernando Gutiérrez Barrios, lo que le permitió llegar a la Secretaría de Gobierno en 1986 y dos años más tarde convertirse en sucesor del gobernador, cargo que ocupó durante los últimos cuatro años del sexenio.
Como gobernador sustituto, y al viejo estilo del partido hegemónico también líder natural del PRI en la entidad, por un lado abrió los procesos de consulta a la base al interior del partido, y por otro cooptó y compró a liderazgos opositores para evitar que el PRI perdiera posiciones políticas en los ayuntamientos y diputaciones y echó mano de todas las mañas y vicios políticos adquiridos en su etapa de formación en el seno de la cultura priista.
Al concluir su periodo como gobernador, Carlos Salinas lo mandó de embajador a Italia y en 1994, tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato sustituto, Ernesto Zedillo, lo nombró secretario de organización del CEN del PRI, el tercer puesto en importancia en la nomenclatura priista.
Una vez en la presidencia, Zedillo lo nombró Procurador Agrario y coordinador de los programas de desarrollo social en Chiapas, donde en uno de sus conocidos arranques, que en sus tiempos de estudiante le valieron el ya conocido mote de caballo loco, se enfrentó con el Presidente y le renunció en una reunión de gabinete, lo que abrió la puerta para que en Veracruz, sus enemigos políticos, Patricio Chirinos y Miguel Ángel Yunes, desempolvaran su expediente como gobernador y lo encarcelaran por peculado y malversación de fondos.
Tras salir de prisión más de un año después, debido a que los delitos de que se le acusaban habían prescrito, fundó su partido Convergencia por la Democracia, hoy Movimiento Ciudadano, que ha tenido un desempeño político zigzagueante: se alió al PRD de Cuauhtémoc Cárdenas, donde se enfrentó en el año 2000 con su antiguo protector Fernando Gutiérrez Barrios como candidato al Senado, y perdió, para luego sumarse a Andrés Manuel López Obrador, a quien acompañó en las contiendas presidenciales de 2006 y 2012, y volvió a perder.
En 2018 Dante rompió con López Obrador y se alió al PAN para postular a Ricardo Anaya como candidato presidencial, donde perdió, y en un giro político inexplicable, su partido postuló en Veracruz al hijo de Miguel Ángel Yunes, el mismo que dos décadas antes había operado su encarcelamiento, y volvió a perder.
Prueba de que chango viejo no aprende maroma nueva, es que hoy Dante argumenta diferencias totalizadoras, excluyentes, de esas que son incapaces de ser sometidas a enjuiciamiento y se amparan en fundamentalismos de distinto tipo, para no sumarse a la alianza opositora de Va por México, del PRI, PAN y PRD.
En el fondo, Dante le despeja el camino a López Obrador para que la Cuarta Transformación avance en caballo de hacienda.