José Luis Amaya Huerta

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Ante la posibilidad de dados cargados en la coalición oficialista de Morena-PT-PVEM y de que su candidata a la presidencia de la república sea la ex Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, la irrupción en el escenario opositor de la senadora hidalguense Xóchitl Gálvez Ruiz, ha sido una bocanada de oxígeno para el Frente Amplio por México.
Xóchitl Gálvez es ingeniera, empresaria y política originaria del Estado de Hidalgo, que actualmente funge como senadora por el Partido Acción Nacional, PAN, aunque no es militante de ese partido. Fue jefa delegacional en Miguel Hidalgo, de 2015 a 2018 y titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en el gobierno de Vicente Fox.
En su vida política se ha caracterizado por ser una mujer con un discurso abierto y claro, alejado del lenguaje acartonado de la clase política tradicional, por lo que su decisión de apuntarse como aspirante en el proceso interno del Frente Amplio Opositor ha acaparado los reflectores de la opinión pública nacional y en los últimos días se ha convertido en un fenómeno en las redes sociales.
Xóchitl Gálvez ha resultado una figura política atractiva, que no solo ha tomado la iniciativa política en la cancha opositora, superando a otros aspirantes del PAN, como Santiago Creel, o del PRI, como Enrique de la Madrid o Beatriz Paredes, sino que su participación ya ha provocado reacciones en las filas oficiales.
De entrada, el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha convertido desde las mañaneras en el principal publicista de Gálvez, primero, cuando hace unas semanas le prohibió la entrada a la conferencia mañanera, pese al amparo otorgado por la justicia federal a la senadora, quien pretendía ejercer su derecho de réplica luego de que previamente el presidente se había referido a ella de una manera que no le gustó a la legisladora.
Y luego, a raíz de su decisión de encartarse en el proceso interno del Frente Opositor, López Obrador se ha vuelto a ocupar de su persona una y otra vez, pues apenas este lunes señaló que ella será la candidata de la oposición por decisión del empresario Claudio X González, tratando de encasillarla en el bloque conservador, pese al origen humilde y popular de la hidalguense.
Xóchitl Gálvez ya comenzó también a generar preocupación entre las filas de Morena, pues su discurso contestatario e irreverente contrasta con el lenguaje disciplinado e institucional de la posible candidata del oficialismo, a tal grado que frente a los debates de candidatos en la elección constitucional, el escenario para Sheinbaum se ve francamente sombrío.
Por eso hay quienes dicen que la irrupción de Gálvez podría mover las fichas en el lado del oficialismo, perjudicando las aspiraciones de la ex Jefa de Gobierno, y favoreciendo de manera indirecta a Marcelo Ebrard, quien tiene mejor manejo discursivo y más experiencia en el debate político, e incluso al propio Adán Augusto López Hernández, también con las tablas suficientes para debatir con el más pintado.
Lo cierto es que frente a una figura emergente como la senadora por el estado de Hidalgo, con una imagen políticamente atractiva y contestataria, las dotes administrativas y discursivas de Sheinbaum parecieran insuficientes.
Para colmo, se habla de que la Unidad de Inteligencia Financiera, a cargo del morenista Pablo Gómez, podría apuntar en los próximos meses hacia algunos estados aliados de la ex jefa de Gobierno, como Veracruz, lo que sin duda generará aún más ruido y presiones al interior de su alineación.
Habrá que ver.