José Luis Amaya Huerta

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La colonia El Olmo, también conocida como congregación Julio Castro, es un asentamiento humano ubicado en la zona conurbada de Xalapa con el municipio de Emiliano Zapata. Solo un puente peatonal que cruza la carretera Xalapa-Veracruz, la separa de Las Trancas hacia el sur. Al norte colinda con un área verde que ha sido ocupada por invasores y, vaya paradoja, con el fraccionamiento Montemagno.

Lo anterior, a pesar de que la congregación Julio Castro forma parte de la zona metropolitana de la capital del estado, en un área cercana a las grandes plazas comerciales, oficinas públicas y modernas torres que reflejan la pujanza de la industria inmobiliaria de la ciudad.

Y no obstante que quedará justo al lado de uno de los pasos a desnivel que se construyen sobre la avenida Lázaro Cárdenas, los vecinos lamentan que la colonia esté tan cerca del cielo del desarrollo urbanístico y tan lejos del Palacio Municipal donde despacha el alcalde Ricardo Ahued.

Desde hace meses, las familias asentadas en El Olmo padecen la falta de atención para resolver los problemas que se han ido acumulando, como las calles llenas de baches, la invasión de un área verde que los separa del fraccionamiento Monte Magno, con todo lo que implica en términos de riesgo e inseguridad para menores, mujeres o adultos mayores que llevan años viviendo en ese sitio, ante la omisión e indiferencia de las autoridades municipales.

Por motivos que los colonos ignoran, han visto como el Ayuntamiento que encabeza Ricardo Ahued Bardahuil, ha dado preferencia a los grandes fraccionamientos e incluso colonias ubicadas en la zona de la reserva territorial, donde se ha permitido la proliferación de tianguis y vendedores ambulantes y se ha tolerado a grupos dedicados a la industria de la invasión, pero a costa de olvidar otros asentamientos populares donde el equipamiento urbano se encuentra en el abandono, como es el caso de la colonia El Olmo.

En una ciudad culta como Xalapa, conocida como la Atenas Veracruzana, por su arraigada vocación por la educación, la cultura y las artes, es lamentable que haya xalapeños de primera y de segunda, y que la autoridad municipal dé prioridad a los grandes desarrollos inmobiliarios de clase media-alta y no se preocupe por la calidad de vida de algunas colonias populares como la que hoy nos ocupa.

En los hechos, constituye una enorme contradicción que al lado de una moderna obra de infraestructura, como el puente a desnivel que construye el gobierno del estado justo frente a la calle de acceso a la colonia El Olmo, ésta se encuentre abandonada por el Ayuntamiento y se convierta en un asentamiento urbano marginado y a expensas de invasores y de la inseguridad.

Por eso tienen razón los vecinos cuando afirman ante los oídos sordos de la autoridad municipal: pobre colonia Congregación Julio Castro, tan cerca del cielo inmobiliario y tan lejos del alcalde Ricardo Ahued.

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