José Luis Amaya Huerta
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El senador Dante Delgado, dirigente nacional y dueño de Movimiento Ciudadano, acaba de publicar una carta abierta con la que pretende justificar su decisión de ir solos en las elecciones de 2024.
Se trata de una medida desesperada del ex gobernador de Veracruz dado el contexto en el que se publica, en un momento en el que MC está apunto de resquebrajarse, al perder prácticamente la mitad de su fuerza política real con la salida del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, quien ha mandado señales en el sentido de que se unirá al Frente Amplio por México luego de reunirse la semana pasada con la senadora Xóchitl Gálvez.
En una carta de 10 puntos, seis de los cuales los dedica a atacar al PRIAN y a lo que llama la vieja política, de la que él mismo es producto y ha sido uno de sus principales exponentes, en su calidad de ex gobernador de Veracruz y secretario de organización del CEN del PRI, el tercer cargo en importancia en la nomenclatura de ese partido, Dante despliega su monólogo interior, que sólo se creen él y sus incondicionales, los beneficiarios directos de las prebendas obtenidas en los últimos años a través de su membrete.
Aunque la carta abierta está dirigida a los mexicanos, a juzgar por la vehemencia con la que ataca a los partidos del Frente Amplio por México y el énfasis con el que subraya que Movimiento Ciudadano no se unirá a ellos y que no los ayudará a regresar al poder, todo indica que su principal destinatario despacha en Palacio Nacional.
Dante cuestiona a los partidos del viejo régimen, de los que dice que ya le fallaron a México. Solo habría que preguntarse dónde estaba él cuándo eso ocurría. En efecto, estaba muy cómodo ejerciendo como gobernador priista de Veracruz, uno de los estados más importantes del país, y luego buscando ascender en el escalafón de ese partido, hasta antes de su enfrentamiento con el ex presidente Zedillo que le costó el encarcelamiento.
Hoy el dirigente nacional y dueño de Movimiento Ciudadano cuestiona al PAN por la crisis política de 2006 y por la guerra contra el narco – haciendo eco de la narrativa del Presidente, qué casualidad -, pero su memoria selectiva lo lleva a suponer que los mexicanos ya olvidaron que en 2018, en uno de los arrebatos políticos que acostumbra, su partido apareció en la boleta en alianza con Acción Nacional en las elecciones presidenciales.
Con soberbia inaudita, Dante se cree dueño de la verdad, pues asegura que su partido es la única opción capaz de resolver los problemas del presente y la única alternativa de futuro, y cita como ejemplo el caso de Jalisco, cuyo gobernador acaba de romper con su partido, precisamente por considerar que el autoritarismo y la visión unilateral del dirigente nacional representan lo contrario, es decir, que MC ha dejado de ser una opción de presente y de futuro para Jalisco.
En un acto de desesperación y dramatismo, Dante concluye su carta con una especie de mea culpa, donde afirma que su generación le falló a México, y según él, por eso quiere entregarle el poder a una generación de jóvenes, de cuyos nombres se vale para justificarse. En realidad los está haciendo partícipes de su desprestigio y su caída.
En su desplome, que es el desplome de su partido tras la ruptura del gobernador de Jalisco, Dante insiste en que no van a traicionar su palabra y que no existe ninguna razón para sumarse a una alianza de impresentables condenada al fracaso.
Lo dice quien ha sido exhibido una y otra vez de tener un pacto innombrable con el Presidente para quitarle votos a los adversarios de Morena y convertirse en una oposición cómoda.
López Obrador puede estar tranquilo. Dante cumplirá su palabra.
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